Historia infinita en continua decadencia,
como los restos
de una llama de ceniza gris,
sin cuerpo danzante
que olvida lo que fue
al beber las aguas del Leteo.
En la longitud de las grietas,
atrapando los gritos
en amplias sonrisas de cortesía,
los caprichos quedan disueltos al viento,
en una coreografía
sin nubes en la tormenta.
Sustancia ligera y aérea.
Todo en un instante,
en los límites del fuego que devora
el recuerdo que deslumbra,
se desvanece y se eleva
con ojos indecisos,
sin reclamar trascendencia,
consciente de su extinción
y permanente fragilidad.
Pascual Herrera