Siempre, cada vez,
como si en ningún lugar del universo
existiera la misma materia
que se respira y se defeca.
Y al añadir el adjetivo
energúmeno, o energúmena,
irrelevante matiz de género,
se asientan las complejas y presentes
psicopatías alimentadas por el miedo
y la falta de información.
Luego están las interrupciones,
las continuaciones
y las repeticiones sin fin,
marcadas por fuerzas constantes
que plantean los problemas
y sus soluciones.
Descomunal volumen de carne
perdido en una selva de símbolos.
Pascual Herrera