En este instante geológico de Atlántico
que no mira al norte,
y entre palabras pesadas como piedras;
por eso los pájaros no hablan,
el otoño pliega todo lo anterior
e invita a la reflexión que languidece
junto a la materia.
Las hojas secas y las oscilaciones
provocan un vértigo de amplio alcance cognitivo.
Pascual Herrera
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