En este mar
miércoles, 19 de febrero de 2014
La soledad era intensa, inacabable,
y la impaciencia en el amanecer
era inalcanzable, eterna.
Y salieron de la orilla
que se escurre en los espacios ideales
donde habita el torbellino de ideas abandonadas,
donde el reflejo de la materia
se funde con lo lúcido,
con lo inevitable,
con la sal que indulta a la sombra y a la luz
en los vulgares contornos
que niegan la calma a la existencia.
Pascual Herrera
y la impaciencia en el amanecer
era inalcanzable, eterna.
Y salieron de la orilla
que se escurre en los espacios ideales
donde habita el torbellino de ideas abandonadas,
donde el reflejo de la materia
se funde con lo lúcido,
con lo inevitable,
con la sal que indulta a la sombra y a la luz
en los vulgares contornos
que niegan la calma a la existencia.
Pascual Herrera
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