Un ser puramente ideal,
prisionero de la sustancia
y la necesidad de manifestar
reconocimiento a lo nictémero,
con sus vínculos ante el peligro
y la fatalidad de la muerte,
presente en lo invisible,
disolvente en lo extraño y lo absurdo,
esencial en la historia
que nos contamos a nosotros mismo
y que regala la vida en lo visible.
Pascual Herrera
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