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miércoles, 30 de octubre de 2013

La deriva que cura de todo mal

Están las dos medias casualidades,
la del territorio,
impasible e inmutable era tras era,
y la de los gestos taciturnos,
dejando pasar la vida entre tristeza y tristeza.

La casualidad del espacio que nunca cambia
se encontró un día a la deriva, entre continentes.

La casualidad del tiempo que nunca cambia
se encontró un día sola y desplazada, intrascendente.

Luego, están las dos medias mentiras,
elegantes, con trajes caros y discursos baratos:

filosofía de la vida que cura de todo mal.


Pascual Herrera

1 comentario:

  1. Nietzsche decía que “La vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, de acumulación de fuerzas, de poder.” Quizá la deriva de cada ser emane de las casualidades.

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