Cayeron del tren del futuro
los textos que se salvaron
del incendio
de la biblioteca de Alejandría,
no hubo piedad,
sólo una rosa con pétalos distantes
entre la tierra y el agua
pudo hablar cara a cara con el viento
y la arena,
y decirle
que hay una casa junto al mar,
que hay una techumbre con nombres,
un diente de cachalote
y mascarones listos para no olvidar.
Pascua Herrera
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